La necesidad de hacer un cambio en la educación
En este episodio, "La necesidad de hacer un cambio en la educación", que forma parte de la serie "El futuro de la educación de la moda", compilamos cuáles son las problemáticas clave que existen entre la industria de la moda y la educación en moda. De igual manera, resaltamos las oportunidades de cambio que pueden ayudar a impulsar a los empleados en esta industria que cambia rápidamente.
La educación en moda está lista para un cambio. A medida que salimos de la pandemia de Covid-19, se requerirá un enfoque mucho más flexible, multidisciplinario, omnicanal, y que conecte con los cambios que están sucediendo en la industria, especialmente en términos de herramientas digitales y acceso. Las instituciones tendrán que replantear sus contenidos educativos y la forma de impartirlos para encontrar un balance entre las artes liberales y competencias profesionales más interdisciplinarias que estén en línea con una economía digital. Y la colegiatura de los estudiantes se tendrá que recalcular para estar de acuerdo con las expectativas y los salarios posteriores a la graduación.
Las universidades tendrán que seguir ampliando su base de profesores, reduciendo la brecha existente entre la industria y la academia, y facilitando un mayor cruce entre ambas. Esto requerirá puestos de trabajo mejor pagados que estén de acuerdo con la remuneración de la industria para atraer a los mejores talentos.
Por su parte, las empresas tendrán que incorporar oportunidades de aprendizaje proactivas en sus propias prestaciones para sus empleados, en lugar de depender de programas externos. Esto podría incluir la oferta de "planes de estudio puente" para los estudiantes que acaben de graduarse, hacer asociaciones con universidades para crear planes de estudio y programas, replantear los programas de prácticas profesionales e incluso ofrecer programas de prácticas remuneradas. A su vez, estos esfuerzos ayudarán a brindar más oportunidades para que las empresas enseñen habilidades hiper-focalizadas, así como para innovar. Los estudios también muestran que los empleados que tienen acceso al aprendizaje a través de sus empleadores tienen más probabilidades de permanecer en una empresa.
Del lado de las universidades, éstas tendrán que ser más transparentes sobre sus centros de ingresos y su dependencia de los estudiantes internacionales y de la programación no académica. Covid-19 puso al descubierto muchas de las incoherencias en las colegiaturas, el acceso de los estudiantes y las relaciones con el profesorado. Y las redes sociales amplificaron estos problemas más allá de lo que las instituciones podían controlar, forzando una conversación en torno a la educación.
Por último, las instituciones académicas deben considerar un enfoque de aprendizaje omnicanal, en el que diversifiquen su oferta a través de canales físicos y digitales. El estudiante de hoy quiere opciones flexibles y personalizadas que no se construyen necesariamente dentro de un programa típico de 3 o 4 años en el campus. Y con el cambio en los medios de comunicación y la tecnología, las instituciones tendrán que repensar su pedagogía, ya sea internamente o con socios de tecnología educativa, en lo que respecta al desarrollo y la entrega de contenidos educativos.
La moda siempre ha sido un delicado equilibrio entre comercio y creatividad, belleza y función, subjetividad y objetividad. Y está cambiando y evolucionando constantemente. Es esta mezcla la que crea emoción y energía y la que continúa atrayendo a la gente a trabajar en ella. Pero a medida que la industria sigue haciéndose más corporativa y global, lo que está en juego nunca ha sido tan importante. Se trata de una industria que requiere habilidades reales que se combinen con la capacidad de resolver problemas y de colaborar. La formación de los empleados de esta industria, tanto nuevos como actuales, debe cambiar para satisfacer estas nuevas demandas. Las instituciones que no cambien, tanto las académicas como las corporativas, perderán su ventaja competitiva y quizás incluso cierren sus puertas. Es una realidad que el comercio minorista conoce bien y de la que se debe aprender. El cambio en la educación de la moda debe realizarse ahora, o será demasiado tarde.